Bodega Barcolobo. Cata.

El martes 10 de marzo fui invitada a un evento de “accord met-vin” entre una bodega joven, BARCOLOBO y un restaurante llevado igualmente por un chef joven Metro-Bistrot.

No me esperaba esta invitación, aunque conociendo a quien me la lanzó, sabía lo que quería, que una nariz y un paladar sin educar le hablaran con sinceridad de los vinos que me presentaría.

La bienvenida fue muy desenfadada, a cargo de Alvaro Cerrada (Yalocatoyo), el dueño de la bodega, Fernando Isidro y su enólogo, Ramiro Carbajo. Pudimos probar el “zumo” de las tres variedades de uva que cultivan así tal cual, a penas tres meses, sacado de sus barricas correspondientes donde estaban convirtiéndose en vinos adultos. Se trataba de presentar en sociedad las tres variedades de uva que conforman la bodega. Claro que incluso yo que no soy una experta, me di cuenta de lo excepcional. Las tres variedades en cuestión son la Tempranillo, la Cabernet-Sauvignon y la Syrah. Las sensaciones que ofrecen los zumos se puede decir, casi recién exprimidos, poco tienen que ver con lo que luego es un vino adulto. Me sorprendió pero en el sentido más positivo de la palabra. De hecho  si no me lo llega a advertir un amigo que también asistía a la cata (gracias Celso), yo me hubiera ido de ahí pensando: “¿Qué demonios de vino era ese?” Cuando entendí lo que estaba probando me cambié el chip y aprecié el zumo en su justo valor. El Syrah me dejó atónita, no se parece a nada que haya probado anteriormente.

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Barcolobo es el resultado de un sueño compartido por unos hermanos. Finca la Rinconada, fue adquirida en 1971, antes de eso, la superficie en su gran mayoría se había dedicado al cereal y el ganado, pero aun quedaba un rincón con vides de lo que un día fue casi toda la finca. Decidieron pues, devolverle ese uso a 20has. Esta finca es toda ella una particularidad, una excepción, situada en la reserva Natural de Riveras de Cartronuño-Vega de Duero, en un recodo del río. Es un lugar especial, único espacio protegido de Valladolid desde el 11 de abril de 2002. Anidan todo tipo de aves como las garzas reales y mamíferos como las nutrias, tejones jinetas… y una mezcla de ambas especies: el murciélago. Bueno que no se emocione nadie, que yo también tengo murcielaguitos anidando en los huecos de mi fachada, eh…! Y vivo en la capital. Tiene la particularidad de ser como una isla, en el sentido de aislada, pues está finca está totalmente rodeada de encinas y bosque bajo. Una ventaja a la hora de protegerse de enfermedades típicas de la vid, pues no le llegan ni de Rueda ni de Toro.

Así pues deciden plantar Cabernet-Sauvignon, Syrah y Tempranillo, este último algún momento del camino se convierte en tinta de Toro, ahí me pierdo…

El nombre de Barcolobo procede literalmente del nombre de un pago con forma de barco que también era un paso de lobos, antaño… La elección del nombre me parece muy poética y arraigada al terruño, ideal. Las 20 has están repartidas de este modo: 10 has, tempranillo, 5has Cabernet-Sauvignon y 5 has para syrah. Barcolobo se creó en 2001 con plantas de uva tinta, lo que crea un reto más que una complicación, la finca se encuentra dentro del espacio geográfico de DO Rueda, pero esta solo admite vinos blancos. Tampoco pueden adherirse a la DO Toro por que cultivan uva no autóctona. Así que se quedan dentro de la etiqueta Vinos de Castilla y León, pero las etiquetas solo son eso, lo importante es disfrutar haciendo el vino que te apetece y tomarte el vino que te apetece. Te dejo este precioso video que te explicará mejor que yo quienes son, que hacen y adonde van…

El chef Matías Smith, anfitrión del restaurante Metro-Bistrot, elaboró una serie de platos que demuestran su buen ojo en la fusión de estilos gastronómicos. Los jóvenes cocineros de hoy viajan mucho y han probado muchas cocinas diferentes y al final eso sale al trasluz en sus fogones.

¡Empezamos por el final! Me explico, en Francia terminamos la comida con los quesos, aquí empezamos con una tabla de quesos y una crema templada de calabaza se sirvió un Barcolobo Lacrimae Rerum 2014 un rosado. Sorprendente la crema, pues al llevar leche de coco se transformaba! El vino? Para mi inexperto paladar, personalmente lo mejor de la noche, no me suelen gustar los rosados españoles pero este es una excepción, qué divertido, desde su primer sorbo! En cuanto te lo acercas a la nariz ya te hace presagiar su energía, huele a chucherías! Es chispeante en el paladar, verdaderamente me divertí tomando vino! Con el vino también se debe poder jugar y divertirse, no todo ha de ser seriedad… Verdaderamente, han acertado con este coupage, no sé cómo se pueden conseguir estos matices solo con zumo de uva! Yo creo que tendrá éxito, es un vino que convierte un tapéo en algo verdaderamente dinámico.

Seguimos con el Verdejo fermentado en barrica de 2013. Me encantan los blancos fermentados! Desde que los descubrí no quiero otro blanco, bueno a no ser que se trate de un Château d’Yquem… Tradicionalmente los vinos blancos siempre eran del año anterior, se debían consumir rápido. Ahora no tiene importancia, o si, adquiere importancia el hecho de introducirlo en una barrica de roble y dejar que el tiempo y la madera obren su magia. Es lo mejor que le podía pasar al vino blanco. Los aromas de la madera y ese puntito graso o untuoso, no sé cómo expresarlo, es rotundo en paladar es sorprendente y agradable. Además fue servido con un pincho de cerdo agridulce nada al uso y unas ortiguillas… Wow! Un festival en la boca!

Le llegó el turno a “La Rinconada” 2014, vino joven y fresco, casí refrescante… Este es Tempranillo 100% por eso su color tira más hacia los tonos azules o violáceos. En mi paladar entro como “la mantequilla”, solo, sin estridencias, perfecto para acompañar ese steak tartare, quizás el humus con pimientos, lo hubiera emparejado con el verdejo…

Finalmente, llega el turno del Crianza 2011 (doce meses en barrica), leo en su ficha que es un coupage al 70% de Tempranillo, ahí se le nota la famosa “Tinta de toro” Wow! Porque iba acompañado de un plato de cordero muy especiado y le iba como un guante. Fuerte, aromático, cuando lleva un rato en la boca es como si estuvieras masticando las pieles de la uva. Un vino con cuerpo de “cortar con cuchillo”. La bodega tuvo la gentileza de regalarnos una botella a los asistentes, nosotros la tomamos en casa el día del padre con un arroz y se me ocurrió dejarlo un rato en la nevera antes de servirlo ¡Qué nadie se escandalice! Los vinos a veces también necesitan un poco de fresco y no lo digo yo, lo dicen los expertos (solo diré que por sentido común lo llevo haciendo años sin decírselo a nadie…jajaja!) Fue una elección acertada el vino estaba inmejorable esa aspereza que experimenté en la cata desapareció, convirtiéndose en un vino delicioso y muy agradable sin perder su carácter ni su fuerza, simplemente eliminamos de la ecuación un único elemento.

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para concluir la velada tuvimos la gran suerte de recibir una visita sorpresa, Philippe Cesco, el ganador de la reciente competición de catadores por parejas. quien nos habló de la importancia que va cobrando el cemento en la crianza de los vinos en detrimento de la madera de roble… Esto queda para otra ocasión.

BARCOLOBO Finca la Rinconada

www.barcolocobo.com

Restaurante Metro-Bistro

C/ Imperial, 3 – 28012 Madrid (Pza. Mayor)

www.metro-bistro.com

 

2 Replies to “Bodega Barcolobo. Cata.

  1. Hola Michelle! Somos Lola y David, nos encantó conocerte en el evento BARCOLOBO. Nos ha gustado mucho el post, sobretodo tu estilo desenfadado y la gracia con lo que lo cuentas. Un abrazo fuerte y hasta la próxima!! 🙂

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