Hacía tiempo que tenía ganas de probar un buena ensalada de pastrami y burrata y el resultado ha sido de lo más inesperado. Junto con unos buenos tomates de mi querida Bretaña y la ya famosa burrata de búfala, un queso fresco italiano que hace furor.
Ensalada de Pastrami, burrata fresca, rúcula, tomate corazón de buey.
Esta ensalada no tiene complicación alguna peor sus ingredientes se merecen ser los protagonistas.
El tomate corazón de buey es un tomate de Bretaña, Francia, tiene la particularidad de ser muy dulce y nada, pero nada ácido, se ha empezado ahora a cultivar en masa, pero era hasta no hace mucho uno de los muchos tomates que se cultivaban solo para consumo privado, en el jardín trasero del abuelo. Los franceses hemos vuelto a recupera ese sabor y esos productos de antaño, con éxito.
La burrata, suele ser de búfala principalmente, yo la encuentro con más facilidad de vaca ¡Vi cómo la hacían en directo por primera vez en mi vida! Se hace con nata y usan dos procesos paralelos, en un recipiente con agua fría van elaborando el interior de la burrata que es muy suelto se “deshilacha”, es muy tierno y ese interior de algún modo hay que sujetarlo, pues en otro recipiente y esta vez con agua caliente preparan la capa externa del queso fresco, el agua caliente tiene la capacidad de darle al queso esa cualidad elástica que necesita para “embolsar” su contenido.
Por otra parte el pastrami, es de origen judeo-rumano, inicialmente se pronuncia pastrómo, pues etimológicamente el término nace del rumano pastramá, del verbo a pástra es decir conservar. Pero al inmigrar a estados Unidos lo transformaron. El término que se usaba en yiddish (pastromo), se convirtió en pastrami, mucho más “comercial” ya que recuerda al idioma italiano. Se dice que este manjar llego con una ola de inmigrantes rumanos allá por el año 1872. Es generalmente carne de buey o ternera de la falda o también del redondo, ahora se ven incluso de pollo y pavo. Se elabora con un procedimiento bastante elaborado y largo. La carne cruda se echa en salmuera, luego se seca parcialmente, se sazona con una mezcla de varias hierbas y especias, luego se ahúma para en algunos casos ser cocido. Es cierto que se tiene constancia de un manjar casi idéntico ya en las antiguas Anatolia y Bizancia, actuales Grecia y Turquía. En el que se considera como el primer establecimiento en servir pastrami, en Nueva York claro está, Sussman Volk, incluso rizan el rizo sirviéndote el bocata con unas final lonchas recién salido de la vaporera. El sándwich original se sirve con una cantidad ingente de lonchas de pastrami, mostaza de color amarillo chillón, y cornichon russe, o sea, pepinillos agri-dulces… ¡De muerte lenta…!
Te paso esta escena de una película de culto, me muero de la risa cuando veo a De Funes, aquí se luce como siempre! Es una película llena de topicazos sin maldad alguna, los personajes son entrañables. “Silence, Rabbi Jacob Elle va danseï!”. Una escena épica donde las haya!! Enjoy!
Receta
Estas cantidades son para una ensalada que sirve de plato único ideal. Si no, te aconsejo que la compartas con una persona de tu elección.
1 tomate corazón de buey
25-30gr de rúcula
1 burrata de búfala o vaca, fresca
4 finas lonchas de pastrami
AOVE,
Sal Maldon
Asegúrate que la rúcula está limpia y prepara un lecho en el plato para recibir media burrata un tomate entero en rodajas y las lonchas de pastrami.
Te aconsejo que vayas sazonando de aceite por capas desde abajo, para que ningún trocito se quede sin aliñar.
Corona esta maravilla con una pizca generosa de sal Maldon…
Et voilà! A disfrutar en solitario o en compañía.
Bon appétit!
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